Por Daiana Rosenfeld y Anibal «Corcho» Garisto
Virna Molina y Ernesto Ardito tuvieron su debut cinematográfico con Raymundo un documental ganador de 16 premios internacionales y selección oficial en 60 festivales de todo el mundo. Su segundo trabajo es Corazón de Fábrica un documental sobre la fábrica recuperada Zanón. El proceso de producción arranca en el 2004 y termina con su estreno en el 2008.
Los realizadores se encargaron del guión, la dirección, la producción, el montaje, la cámara y la fotografía.
El documental fue filmado con una cámara Panasonic AG DVX 100 AE, en 25 frames progresivos, con una paleta similar al fílmico para desarrollar estéticamente una fotografía cinematográfica. La cámara tiene tres sensores CCd de 1/3 de pulgada y 470.000 píxels, sensibilidad: F11 a 2.000lux, un objetivo Leica Dicomar F 1.6 con estabilizador óptico y filtros ND, zoom motorizado / manual x10 (con una equivalencia a cámaras 35mm; 32, 5-325mm).
En la actualidad la tecnología de las cámaras y la post producción avanza a pasos agigantados: 2k, 4k, HD, HDV, dispositivo adaptador Redrock M2 para ópticas 35mm. Sumado a los grandes estudios para la dosificación de color, tratamiento de imagen, los transfers a 35mm, la terminación en HD o en beta digital. ¿Cuál es la mejor elección? ¿Qué es lo mejor? ¿Qué nos conviene como realizadores? Los realizadores integrales debemos adaptar y ser concientes del presupuesto con el que contamos, elegir qué fotografía queremos y cómo podemos alcanzar nuestro objetivo. Corazón de Fábrica es un ejemplo de ser un film que, a pesar del bajo presupuesto –fue filmada con la cámara Panasonic AG DVX 100 AE en mini dv, sin adaptadores, sin lentillas y filtros extras, solamente con el tele de la cámara y un filtro UV-, logró una fotografía de gran calidad, que fue galardonada en México con el Primer Premio Kodak al Mejor Proyecto Latinoamericano.
“La dirección fotográfica fue un verdadero desafío ya que en la fábrica había una gran variedad de luces y de distintos tipos de iluminación. El rodaje se desarrolló a lo largo de todo un año, por lo que tuvimos un rango muy amplio de luz natural que manejar a la hora de montar el film, y lograr esa coherencia lumínica no fue fácil. Como no utilizamos luces artificiales, tuvimos que balancear temperatura color y ajustar iris con cada toma (o escena si la luz no variaba) para adaptar la exposición al criterio fotográfico que buscábamos para la película”, explicaron los realizadores.
La mayor parte de las escenas fueron filmadas en interior, mostrando y jugando con los techos altos, los haces de luz que se dibujaban, el polvo con el viento que se levantaba, es decir, los movimientos naturales de la fábrica.
En cuanto al color, la pauta de colorimetría cálida ya estaba antes de iniciar el rodaje. Se realizó un ajuste en post producción solamente para eliminar en algunas tomas, el viraje al color verde propio de las luces de tubo, muy comunes en las oficinas de Zanón.
El uso de los primeros planos, uno de los rasgos estéticos y narrativos más característico de Corazón de Fábrica, fue una decisión tomada en la etapa de preproducción. Desde el lenguaje técnico, los primeros planos con teleobjetivo permiten un juego más interesante con la luz, fondos oscuros y un efecto de mayor recorte figura-fondo, en el que se acentúa el efecto de tridimensionalidad.
Desde lo narrativo, Virna y Ernesto se plantearon antes de comenzar con el rodaje: ¿cómo se reconstruye audiovisualmente el concepto de una fábrica recuperada, el colectivo que esta entidad representa? Con la suma de las individualidades que allí luchan y trabajan. Y así, a partir de esta premisa, se pensó el espacio desde la fotografía para que tenga fuerza dramática. De esta forma, un plano general perdería fuerza por lo que se decidió trabajar con la fragmentación del espacio, a través de la yuxtaposición de los planos cortos para reconstruir el universo de la fábrica.
“El uso de los primero planos permite exponer el conflicto desde la perspectiva de las emociones y las reacciones íntimas de cada individuo, sin necesidad de parlamento. Así, la cámara hizo hincapié no sólo en lo que se decía, sino en lo que no se decía pero se percibía, estaba flotando en el ambiente. Al mismo tiempo nos permitió colocar al espectador en el interior de la escena, como un protagonista más”.
El uso de la cámara en mano durante todo el rodaje fue una decisión narrativa, porque no se podía condicionar la violencia de la acción a las limitaciones técnicas que plantea el uso de trípode. A nivel estético al no usar steadycam, se asemeja más al lenguaje utilizado en el cine político documental de los 60’ y 70’ por las cámaras de 16mm portátiles.
El rodaje fue pensado para el montaje. En este último, se combina el juego ideológico con las sensaciones y emociones que cada instancia política genera en el colectivo de obreros.
Las imágenes de archivo están unificadas al resto del film con una dosificación y con marcos que emulan una proyección cinematográfica.
En las animaciones, realizadas con 3D Studio Max, la utilización de las sombras y una luz puntual en desplazamiento sobre fotografías y gráficas de archivo, operan a contrapunto de las tomas de registro directo actuales.
Corazón de Fábrica ganó los siguiente premios:
Primer Premio Kodak al Mejor Proyecto Latinoamericano
(FICCO – México 2009)
Premio al Mejor Documental Concurso Otras Miradas
(CLACSO – Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales)
Premio Especial del Jurado
(Festival de Cine Latinoamericano de Catalunia)
Beca Jan Vrijman Fund – Benelux
Beca Altercine – Canadá